Se trata simplemente de dividir una hoja de masa de hojaldre en seis cuadrados, estirarlos ligeramente con el rodillo, rellenarlos con lo que queramos (ésos son salados: chorizo, queso y jamón), pintarlos y ponerlos en el horno bien precalentado a 225 grados durante 15 minutos aproximadamente.
Se colocan en la parrilla baja levemente elevada con algún soporte, como un cuenco invertido, pero de manera que no alcance la altura que tiene la parrilla alta. Así creamos una altura intermedia ideal para el hojaldre. También pueden hacerse en bandeja, en cuyo caso les daremos la vuelta cuando ya estén dorados por arriba.
En la última foto aparecen cuatro de los paquetitos, tres de ellos los pinté con salsa de soja antes de hornearlos y por eso tienen ese bonito color.
La lámina ya dividida en partes:
El relleno:
El paquetito crudo y sin pintar:
Y el resultado final:
Aunque se ven abiertos hay que procurar sellarlos todo lo que podamos antes de hornearlos; así sólo se abrirán ligeramente por su cuenta y no se derramará el relleno.
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