No es un pastel muy dulce ni empalagoso: primero porque no lleva mucho azúcar en la masa, y segundo por el toque ácido de los arándanos. Os recomiendo encarecidamente que no añadáis más azúcar que el que pide la receta, pues ahí está la gracia de este pastel
INGREDIENTES
(1 taza es un volumen de 250ml; usaremos un medidor para líquidos)
1 taza de harina para bizcochos, con levadura incorporada
1 taza de copos de avena
1/3 de taza de azúcar blanco
1/2 taza (más o menos 3 cucharadas grandes) de mantequilla o margarina, ablandada.
1 yema de huevo
Un puñado de pasas de arándanos (arándanos pasos, deberíamos decir...)
Casi un bote pequeño de mermelada de arándanos
Un poco de leche, por si hay que añadirla
Los ingredientes
ELABORACIÓN
Unimos en un bol mediano la harina, la avena, el azúcar, la sal y la mantequilla
Comenzamos a mezclar con una cuchara..y luego pasamos a las manos:
La masa estará lista cuando la apretemos entre los dedos y al separar éstos mantenga su consistencia:
Si esto no ocurriera es cuando tenemos que añadir un poco de leche.
Con 2/3 partes de la masa más o menos forramos la base de un molde que habremos rociado con aerosol de aceite:
Untamos esta placa de masa con la mermelada, distribuimos por encima los arándanos y finalmente el resto de masa, echándola por encima como migas
Presionamos bien:
Y lo entramos al horno, que habremos precalentado al máximo durante todo el tiempo de la elaboración de la receta. Bajamos ahora la temperatura a unos 225 grados y dejamos que se hornee durante 25 minutos.
Como este pastel es muy frágil, no lo cortaremos más que en frío. Para un molde antiadherente como el mío usaremos un cuchillo de plástico especial, que corta pero no raya:
Terminamos de cortarlo, y ya podemos degustar nuestros cuadraditos...
Si queréis ver la preparación de este pastel en video, pinchad aquí.
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